Se dice de toda sustancia que se descompone y desaparece «naturalmente», es decir, sin intervención humana. Esta descomposición natural se produce gracias a la acción de microorganismos vivos, como las bacterias, los hongos o las algas, interviniendo además otros factores como la temperatura, la humedad o el oxígeno. Por lo tanto, un producto biodegradable, si se arroja a la naturaleza, es digerido al 100 % por estos microorganismos vivos siendo transformado en agua, CO2 o biomasa sin ningún efecto perjudicial para el medio ambiente.
Según esta definición, el plástico es técnicamente un producto biodegradable. Pero su proceso de biodegradación puede tardar cientos e incluso miles de años.
En principio, cualquier producto podría considerarse biodegradable. Por eso, cuando hablamos de la biodegradabilidad de un producto, el factor tiempo es un criterio esencial. Por lo tanto, es más exacto decir que un producto es biodegradable teniendo en cuenta una escala de tiempo humana, concretamente, cuando el proceso dura menos de 18 meses.
Un producto o envase es compostable cuando su proceso de biodegradación depende de la intervención humana o de los seres vivos.
Hay dos tipos de compostaje:
• Compostaje doméstico, que es el que se hace en el jardín o la cocina de casa. Máximo 30°C
• Compostaje industrial en instalaciones especializadas. 55°C – 60°C
No obstante, en la mayoría de los casos, aunque un producto esté etiquetado como compostable, no quiere decir que pueda ser compostado en casa. Son muy pocos los materiales que se pueden compostar de forma natural, ya que el proceso requiere una fermentación a altas temperaturas y altos niveles de humedad que solo se pueden conseguir de forma industrial.
El compostaje permite una biodegradación más rápida: tras unos pocos meses de fermentación repetida, el resultado es una gran cantidad de nutrientes que se utilizan principalmente como abono 100 % orgánico.
A EN13432 de 2002 es una norma armonizada del Comité Europeo de Normalización, sobre las características que debe tener un material para ser considerado como biodegradable o compostable. El término «compostable» alude a normas relacionadas con la no toxicidad de un material descompuesto si se abandona en el medioambiente.
Esta norma lleva por título «Requisitos de los envases y embalajes valorizables mediante compostaje y biodegradación. Programa de ensayo y criterios de evaluación para la aceptación final del envase o embalaje».
Estos son los criterios:
• degradarse como mínimo al 90 % en 6 meses;
• al cabo de 3 meses la masa del material debe estar constituida como mínimo por el 90 % de fragmentos de dimensiones inferiores a 2 mm;
• el material no debe tener efectos negativos sobre el proceso de compostaje;
• baja concentración de metales pesados incorporados en el material;
• valores de pH dentro de los límites establecidos;
• contenido salino dentro de los límites establecidos;
• concentración de sólidos volátiles dentro de los límites establecidos, concentración de nitrógeno, fósforo, magnesio y potasio dentro de los límites establecidos.